El arte de ciberligar en cuarentena
Por Renata Arellano Fernández
Me probaba 10 outfits diferentes, me maquillaba y desmaquillaba hasta que el delineador me quedara decentemente bien y me metía unas buenas quemadas con la plancha para peinarme. Había que echarle un buen esfuerzo, pues era la primera cita y queríamos dar una buena primera impresión. Hoy, estamos en cuarentena y el salir en una cita es imposible (o debería serlo), conocer gente nueva parece otra imposibilidad.
"Tengo 18 años, tengo una buena dentadura y creo en Andy Johnson, la bandera tachonada de estrellas (el himno nacional de Estados Unidos), y el 4 de julio. He despejado 18 acres el año pasado, y sembrado diez de ellos. Mi alforfón parece de primera categoría, y la avena y las patatas son peleonas. Tengo 9 ovejas, un toro de dos años y dos novillas, además de una casa y un granero. Me quiero casar. Quiero comprar pan y mantequilla, faldas de aro y cascadas para alguna fémina durante el resto de mi vida. Eso es lo que me importa. Pero no sé cómo hacerlo". Un anuncio publicado en un periódico de 1865 donde un hombre se promociona para encontrar esposa, porque no sabe de qué otra manera hacerlo y claramente quiere un amor para toda la vida. Esta es prueba de que buscar amor o algo parecido a través de los medios de comunicación data desde hace mucho.
Si ligar es “entablar relaciones amorosas o sexuales pasajeras”, según la RAE, ¿qué es ciberligar? Coquetear y conocer a otra persona románticamente a través del internet y redes sociales, diría yo ¿no? Esto va con todos los beneficios ya conocidos del internet, como el contacto instantáneo sin importar la distancia. Asimismo, se puede consolidar el juego ya establecido, puesto que, se tiene más tiempo para contestar y ser más estratega. Ciberligar tiene como objetivo divertirse y pasar un rato agradable conversando con otra persona. Sin embargo, siempre existe el objetivo de encontrar “el amor de tu vida”.
En estos tiempos de confinamiento, se extraña el contacto con más seres humanos o el simple hecho de verlos pasar en la calle. La mayoría tenemos el mismo elenco de cuarentena desde marzo, ya hace falta unas audiciones, ¿no? Muchos, tenemos ganas de volvernos a sentir deseados cuando alguien te mira coquetamente desde la otra esquina del antro. Pero como en cualquiera otra situación, hemos aprendido a adaptarnos y aunque no es lo mismo, también es muy interesante. A través de aplicaciones específicas para eso o simplemente de Facebook e Instagram, alguien responde a tu historia o solo te manda mensaje y comienza el juego.
Ahora, lo interesante es que las conversaciones pueden llegar a ser más profundas que antes, ya que todos estamos pasando por una misma pandemia que nos hace tener muchas emociones en la superficie y es un tema que todos conocemos. Por otra parte, el que tengas más tiempo para, incluso investigar de qué rayos te está hablando la otra persona en vez de simplemente sonreír y asentir, brinda alivio y facilidad. Claro, siempre hay que estar, ambas personas, en la misma página. También hay que tomar en consideración que no vivimos en el país más seguro del mundo y las precauciones no dañan.
¿Porqué le llamamos juego? Porque al coquetear sin ver a la otra persona físicamente hay que mantener el misterio, el interés y cierta tensión con vida; para esto, así como un juego de ajedrez hay que tener una buena estrategia para conseguir el objetivo. Seguimos poniéndonos las pilas de cierta manera, ¿o no que cuando mandan una foto, toman mil para ver en cuál salen mejor y hasta se arreglan un poco con tal de verse bien? Claramente, aunque estés en la comodidad de tu cama, coquetear sigue siendo un reto, porque es una flama de pasión que no puedes dejar que se apague. Así que, incluso en cuarentena con las restricciones es posible encontrar alguien nuevo con quien conversar románticamente y el juego del coqueteo se puede volver muy interesante. A pesar de perder como tal la experiencia de una primera cita en vivo y en directo, el ser humano prueba que siempre hay una solución, varios suertudos ya hasta cita por video llamada han tenido.






Fotos vía Unsplash y Twitter @maxcroser (Oxford University researcher)